10 abr 2010

El dilema al entrometerse

Estaba recién leyendo los e-mails del día, cuando de pronto siento un ruido extraño. No era como el zumbido de alguno de los discos duros  ni el "clic" de los relevadores del equipo telefónico, era mas bien como el del tamborilleo con los dedos sobre el suelo de madera.

Acababa de pensar que quizás fuese el gato, que estaba en algún lugar del piso haciendo de las suyas, cuando veo corretear por el suelo, delante del escritorio, algo de unos 4 cm de largo, con un hocico casi tan largo como la cola, era una Musaraña. La Musaraña es similar al ratón, pero está emparentada con los topos, aunque recientemente se ha sugerido que tiene una historia más cercana con los erizos.

Decididamente fui hacia ella y tomándola por la cola la puse dentro de la tapa de plástico transparente del archivador de CD´s y...ahí comenzó mi dilema. De la alegría de haberla atrapado pase a la incertidumbre de "que hago ahora?" Sabiendo que las Musarañas comen casi las 24 horas del día y que si pasan algunas horas sin comer se mueren, lo primero que hice fue ir a buscar un poco de comida ( la del gato) y ponerla dentro del recipiente, ganando así mas tiempo para pensar.

La idea de ir a buscar al gato, la descarte de inmediato porque seria una lucha desigual. Pensé en dejarla en el jardín, pero al ver a los Milanes Reales revoloteando y buscando presa, me dige que seria un riesgo innecesario ya que ella estaba segura dentro de casa. Ya me estaba amigando con la idea de ir a comprar una jaula, cuando repare en que yo no tengo ningún derecho de quitarle la libertad a ningún animal.

Y así estaba yo sentado mirando a la Musaraña ( y ella mirándome a mi) pensando que hacer,  para finalmente solo conseguir eso, estar sentado pensando que hacer. Después de haber descartado muchas ideas mas decidí hacer lo que tenia que haber echo desde un principio, no entrometerme. Puse dos carteles de "prohibida la entrada al gato" en la puerta, uno a la altura normal y el otro a la altura del gato, deje a la Musaraña nuevamente libre y me senté a leer los e-mails.

De vez en cuando la veo corretear por el suelo y le digo en voz alta "no se te ocurra roerme algún cable!" y ella, ella me mira y creo que hasta me sonríe!

ENLACES:

La Musaraña

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