14 sept 2010

Barrer primero la propia puerta

En casa no tengo ninguna bandera argentina, ninguna escarapela ni escudo, ni mapas de la república, ni fotos de los grandes próceres. El pasaporte debe estar en alguna caja o en algún cajón, si es que aún esta. Sin embargo tengo ponchos y mates, que están ahí, a la vista de todos, sobre una mesa y unas sillas como si fuera algo cotidiano, algo que utilizo todos los días, aunque no es así. Nunca se me ocurrió reparar en ello hasta que comencé a escribir esta nota.

Dos de las cimas en las columnas democráticas son la del derecho a manifestarse y el derecho de expresión. El derecho de demostrar en conjunto el desagrado por irregularidades o apego a una continuidad política, tanto las de dentro como las de fuera del país y el derecho de emitir opiniones e informaciones sin censura.  De estos derechos gozan igualmente los nativos como los extranjeros. A una democracia bien asentada, el uso de estos derechos no le afecta en lo mas mínimo, al contrario, ayuda a estabilizarla ya que el pueblo puede demostrar su con- o disconformidad con la política actual. Mantener una democracia a este nivel implica el constante saneamiento de sus estructuras sociales.

Hace ciertos años atrás me encontraba yo junto a un amigo alemán, de descendencia kurda, durante una manifestación de estos en Bonn.  Al cabo de cierto tiempo y con pretensiones de llamar más la atención, los manifestantes comenzaron a abandonar el trayecto fijado e ingresaron a una autopista, se sentaron sobre ella, la bloquearon  y originaron así un embotellamiento de varios miles de vehículos. Me divertía viendo como dos o tres policías alzaban a un manifestante sacándolo de la autopista y mientras iban a por otro, el primero ya estaba sentado nuevamente sobre ella. De improviso mi amigo se gira y me dice: "vámonos de aquí, esto me repugna". A mi pregunta que es concretamente lo que le repugna me contesto. "que los Kurdos informen, manifestándose de forma pacifica, sobre su problema territorial y su problema con Turquía, me parece bien. Que lo puedan hacer en el extranjero, me parece mejor y alegra mi alma democrática.  Pero que bajo la divisa: "si te entregan un dedo, agarra la mano entera", alteren el orden publico olvidandose de la causa,  me molesta, me molesta que fatiguen, que manoseen las libertades que les da mi país de nacimiento y su país de acogida.

Recientemente sobrevolaba la siguiente noticia:

En Argentina reabren la causa por los crímenes del franquismo, La Justicia anuló el fallo que rechazó una denuncia de los nietos de las víctimas. La Cámara, en su escrito, solicitó además al tribunal de primera instancia que libre un exhorto para determinar si en España hay procesos abiertos por los casos denunciados. La medida servirá para luego avanzar con la investigación en el país. El reclamo fue hecho en aplicación del criterio de justicia universal al que la Argentina adhiere para crímenes de lesa humanidad , lo que constituye un virtual respaldo al ex juez español Baltasar Garzón.

Digo sobrevolaba porque realmente la leí en un principio diagonalmente, reparando solamente en palabras como víctimas, franquismo y no por último en Baltasar Garzón, sobre el cual ya he escrito algo aquí anteriormente. Continué con mi lectura y al cabo de unos minutos, no se... algo hizo "clic" en mi cabeza y regrese a la noticia para releerla, pero esta vez mas profundamente y luego de haber meditado algún tiempo comprendi la profundidad de las palabras de mi amigo y mi afecto inconsciente a unos mates y ponchos.

Queda claro que los crímenes de lesa humanidad deben ser investigados y esclarecidos, pero dejando de lado la buena intención, no tiene la justicia argentina en estos momentos nada mejor que hacer, que indagar delitos cometidos en el extranjero? No tenemos bastante para indagar en nuestra propia dictadura? No hay en este momento secuestros, robos, asesinatos u otros delitos dentro del país? que desestabilizan las estructuras sociales?

Si, un argentino ha presentado una denuncia,  pero no como argentino sino como "nieto de español". Siendo así, también puede presentar otro argentino una denuncia como "nieto de italiano", para que se investiguen los casos de las víctimas durante la dictadura de Mussolini en Italia y el "nieto de ruso" que investiguen los casos durante la dictadura estalinista y así sucesivamente debido a que Argentina es un país de inmigrantes. La justicia estaría continuamente indagando delitos que se han cometido en el extranjero dejando de lado los nacionales. Repito, un argentino ha presentado la denuncia, pero como "nieto de...", como extranjero.  Ha preferido, en lugar de utilizar primeramente los derechos democráticos de manifestación y expresion, llamar la atención utilizando a la justicia, bloqueándola. Legalmente puede estar bien pero moralmente tengo mis dudas. Al subterfugio de que a medida que pasa el tiempo se hace mas difícil investigar los hechos, no le doy cabida, ya que puestos a investigar crímenes de lesa humanidad antes de que se "pierdan en el tiempo", se encuentran primordialmente los ejecutados durante la dictadura hitleriana en Alemania, ya que muchos de sus autores recibieron "refugio" en Argentina, aun se encuentran allí,  y estos si que casi dejaron a los hebreos sin nietos.

A medida que escribo me doy cuenta de que uno de los puntos claves en aclarar es el de determinar, que, quien es o porque se siente uno argentino. Simplificar a un argentino a un "nieto de..." que por ciertas circunstancias nació en Argentina, no me convence. Quizás sea la mejor definición la de una persona que siente apego a su lugar de nacimiento en el sur de un continente, a la tierra, al paisaje. Si, creo que esta es una definición bastante acertada de alguien que se siente... que se siente que? argentino?  No! ese es un nombre otorgado por unos "nietos de..." Pero entonces, cual es el nombre? Cual es el nombre que le daban esas personas que antes que nosotros sentían afecto a su lugar de nacimiento, a nuestro lugar de nacimiento, afecto a eso que tenemos en común,  a la tierra, al paisaje. Esas personas que por  unos "nietos de..." no tuvieron nietos o muy pocos de ellos pudieron tenerlos.

España ha pasado por una dictadura y los gobiernos posteriores tuvieron o tienen problemas con su revisión. Prestar ayuda al pueblo español en el esclarecimiento de  abusos perpetrados durante esta,  es un deber internacional. Pero yo creo que principalmente tenemos que ejercer el deber nacional de esclarecer nuestros propios crímenes de lesa humanidad, tendríamos que hacerlo desde el punto "cero". Cambiar la historia no se puede pero si mitigar sus resultados, ayudando a la gente que igual que nosotros siente apego a su lugar de nacimiento, a la tierra, al paisaje. Gente que hasta el día de hoy esta obligada a vivir en una calle, a estudiar en una escuela, a ver monumentos que llevan, por ejemplo, el apelativo de un "nieto de..." y esta vez si que se el nombre, un nieto de Pedro Roca llamado Julio A. Roca, que bajo el pretexto de evitar que otros "nietos de..." acapararan territorios que tampoco eran de ellos, diezmo y desterró a la población autóctona para repartir sus tierras entre "nietos de..." y como este muchos mas. Cabe destacar que en España se esta realizando desde hace años sistematicamente la retirada de símbolos franquistas en zonas publicas.

Que los Mapuches derrotaron, mestizaron y asimilaron a los Querandis y a los Tehuelches es verdad, pero también es verdad de que mientras los unos fueron mermados por enfermedades traídas desde Europa, los otros eran acosados en Chile por "nietos de..." y quien dice que durante el transcurso del tiempo estos pueblos no se unieran, para compartir y no para repartir la misma tierra. En Mapudungun, la lengua mapuche, mapuche significa: "mapu"=tierra y "che"=hombre, gente, en conclusión "gente de la tierra". En muchos países se nos apoda los "Che´s" en apego a la habitualidad con la cual utilizamos esta interjección. Actualmente no hay conformidad sobre la proveniencia de "Che". Me tomo la libertad de aferrarme a la creencia de que el "Che" es autóctono y no importado, no porque me moleste, sino porque ya que he perdido el nombre de la tierra, del paisaje, deseo que por lo menos me quede el "Che".


Me sale tanto humo de la cabeza que yo, nieto de españoles e italianos nacido en "Chelandia",  me voy a ir al bar de un amigo mio que es Ruso a ver si esta tambien José Antonio el "gallego" y voy a brindar con ellos, para que el juez "Che" encargado de la causa denunciada por "nietos de...", llame por teléfono a la presidenta y le diga:" Cristina, por què no habla usted con el presidente español  para solucionar el problema de los "nietos de...", mientras yo me encargo de los "hijos de..." que le robaron la bicicleta al pibe de la esquina!"

Salud!

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